Todo comenzó en el año 1997 con la ilusión de mi padre, Chef de cocina, de montar un pequeño restaurante en un lugar soleado, con pocas mesas y una atención especial al cliente y a un gran respeto a los alimentos, un establecimiento donde se cocina desde el principio absolutamente todo desde las salas al pan, helados, donde lo industrial no tiene lugar!
En 1998 recibimos de la parte de la célebre guía gastronómica Michelin una mención en sus páginas y llegado 2000 y hasta hoy nos vemos otorgado la distinción de Bib Gourmand Michelin (Buena gastronomía a buen precio).
En 2017 mi padre, con 67 años toma una su merecida jubilación, después de 40 años detrás de los fogones, dejando a su segundo de cocina, Stéphane, el puesto de Chef, bien merecido después de sus estudios de cocinero en la escuela de hostelería de Bélgica y sus pasos por grandes restaurantes de ese país y de sus 15 años acompañando mi padre en El Chaleco.
Por mi parte no queriendo dejar morir el sueño de mi padre tomo la decisión de seguir con ese camino y tomo las riendas en enero 2018 con la misma ilusión y los mismos criterios de respeto a la comida y a los alimentos frescos y a pesar de ser mucho trabajo hacerlo todo en casa, hacer el pan, los postres … en definitiva sin comprar ningún alimento acabado siempre es un orgullo poder ver los resultados de platos con sabor reales y auténticos donde también cuidamos mucho el emplatado y la belleza de comer primero con los ojos y luego con el paladar.
Bueno ya sabéis un poco más sobre nuestra historia, ahora tan solo queda visitarnos y disfrutar de nuestros platos y la alegría de serviros.
Hasta pronto
Audrey y Stéphane